jueves, 9 de septiembre de 2010

!TIERRA A LA VISTA!

La tripulación tenía una buena convivencia, pero últimamente, nadie aguantaba el malhumor del Capitán Otto. Gritaba por cualquier cosa y sobre todo a Pupy:
- ¡Uno de estos días tiro esta perra al mar!
Se enojaba con Lucio el cocinero, con los marineros... ¡Esto no daba para más!

En tanto Lucio, servía la comida a los marineros, comentaba:
- Tenemos que encontrarle trabajo al Capitán. Está muy nervioso, reta a Pupy por cualquier tontería y a nosotros también...
- Pero ¿qué culpa tenemos si no aparece ningún barco para piratear?- preguntó un marinero.
- Bueno, veamos si se nos ocurre alguna idea- respondió otro.
En el comedor del barco, Lucio y los marineros discutían estos temas.
Mientras tanto en el camarote del Capitán, conversaban intranquilos, Otto y el Contramaestre:
- Nos estamos fundiendo - dijo, el Capitán Otto.
- Va a aparecer algo, Capitán. No se ponga nervioso.- tranquilizaba Atilio al inquieto Capitán
- ¡¡Cómo no me voy a poner nervioso!! Casi no nos quedan provisiones. Si seguimos así, dentro dos días tendremos un motín a bordo. Estamos racionando la comida y el agua.
Atilio se quedó pensativo, preocupado...El Capitán tenía razón. El hambre y la falta de agua dulce, iban a acorralar a la tripulación…
En eso, escucharon un grito. Se asomaron a cubierta y el grito era del vigía:
- ¡¡¡Tierra a la vista!!! ¡¡¡Tierra a la vista!!!


La tripulación completa salió a cubierta. A lo lejos, se veía un pedazo de tierra en medio del mar. Hacia allí se dirigieron a toda vela.
Desembarcaron en una pequeña bahía. Se trataba de una isla llena de palmeras, plantas exóticas, pájaros de todo tipo y parecía desierta. Las playas eran hermosas, de arena casi blanca. El mar transparente de la orilla, permitía ver el fondo.

Había peces de colores, rayas, estrellas de mar y unos caracoles color naranja, qué arrastraban lentamente su caparazón por la arena.
Hacía tantos meses que los marineros no bajaban a tierra, que se abalanzaron apretándose unos contra otros, hasta pisar la playa.
Pupy saltaba y corría, alegre de estar en tierra firme. Perseguía a los pájaros; ladraba a las gaviotas; jugaba feliz.

                                            CONTINUARÁ

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