- Aquí no te van a faltar bichitos y vas a engordar rapidamente.
Por suerte mi nuevo lugar daba a la ventana de la cocina, porque si algo no quería perderme, era escuchar las historias y cuentos de Abue, las recetas de comidas ricas y los juegos de Lucio.
Desde mi nuevo lugar veía un hermoso patio y un jardín lleno de plantas.
También habitaba este jardín, un bicho raro que decía ser, una gallina.
Como si todo esto fuese poco, se acercó un extraño muñeco y dijo:
- Buen día Bety. Me llamo Remigio. Soy el espantapájaros de este jardín.
No hay comentarios:
Publicar un comentario